miércoles, 23 de enero de 2008

Distancia

Al pie del camino se tambalea el ocaso sobre mi cabeza y nunca será tarde para dar otro paso mientras el cielo no caiga y la tierra rumie el destino de los cuerpos en su mirar.

Aquiles, ¿por qué no aplastaste a la tortuga cuando tuviste oportunidad?

4 comentarios:

Anfibius dijo...

Me alegro gratamente de que En blanco no fuera tu último poema, ahora que habías pillado carrerilla. La verdad es que me gustó mucho "Poema de anhelo", y eso que normalmente no acabo de conectar con tu visión lírica.
Y no te pongas tan apocalíptico, joder.
O, bueno, ponte, también es muy Mika.

Anfibius dijo...

Sl no tiene porqué -o porqué no- compartir la anterior observación, por cierto.

JU

Unknown dijo...

Esto de la literatura es un poco como el camarote de los hermanos Marx, un mundo tan disparatado que todos son bienvenidos a decir lo que les venga en gana. Quizás por eso publico aquí, un poco por narcisismo y otro poco porque me parece divertidísimo conocer en vivo y en directo las opiniones de mis cuatro o cinco lectores.

Creo que debería llevar el experimento más lejos, que lo definitivo sería que el público pudiera interactuar con los textos y modificarlos, pero me temo que estoy un poco viejo para ello. ¿Qué os parece?

Y Juan, gracias, doblemente gracias. Vosotros sois y siempre habéis sido mi público más difícil. Por eso acertar de vez en cuando, contigo o con SL, me da nuevas energías.

Joan de Peiroton dijo...

Sí, Aquiles, por qué, por qué ???

- Porqué a la tortuga ya hacía tiempo que la aplastaron, y se acostumbró a vivir aplastada, y se fué quitándome el talón con el pretexto que ella no tenia ninguno, y que sin talón, aun Aquiles no puede correr tan rapidamente como la tortuga.