sábado, 2 de abril de 2011

el último día sobre la tierra

a quien no lo quiere ni lo necesita

no eres la sola hambre
ni el ímpetu solo
ni la ceniza que empaña los gestos y los encierra

y a decir verdad
ni sé siquiera de dónde adónde me vienes
o si desnuda
o si más antigua que el momento y su memoria

todo se me escapa
para no volver y tú como una más entre todo

me rendiría tan fácilmente...

pero qué...

qué vida vivir si no
o qué muerte si la muerte aún me corresponde menos
que la vida
de la que nada tengo y nada puedo
sino el abandono de empeñarme a diario
en un como esfuerzo inútil por abrazarme a las cosas

por abrazarme a su silencio

al silencio que no pertenece

y que en mi mano
que antes también contuvo otra mano
y otro seno
y otra mejilla
solo quizás cabe

como cabe la esperanza y cabe la lluvia

porque hay esperanza en la lluvia
aunque ni tú ni nadie quiera ya creerlo

¿no son difíciles estas palabras
y difícil escucharlas
y aun más para qué?

ven pues y ven
llega y pasa ahora o nunca y siempre
frágilmente la cuenca aérea de los mares donde te bañes
y te reconozca

y todos los tiempos que nada valen
valgan por su suma lo que tu piel arrastre
en una eternidad sin memoria ni palabras

de aguas transparentes

donde yo también me pierda inocente y manso
como la ignorancia

porque yo... ya más no sé