a quien no lo quiere ni lo necesita
no eres la sola hambre
ni el ímpetu solo
ni la ceniza que empaña los gestos y los encierra
y a decir verdad
ni sé siquiera de dónde adónde me vienes
o si desnuda
o si más antigua que el momento y su memoria
todo se me escapa
para no volver y tú como una más entre todo
me rendiría tan fácilmente...
pero qué...
qué vida vivir si no
o qué muerte si la muerte aún me corresponde menos
que la vida
de la que nada tengo y nada puedo
sino el abandono de empeñarme a diario
en un como esfuerzo inútil por abrazarme a las cosas
por abrazarme a su silencio
al silencio que no pertenece
y que en mi mano
que antes también contuvo otra mano
y otro seno
y otra mejilla
solo quizás cabe
como cabe la esperanza y cabe la lluvia
porque hay esperanza en la lluvia
aunque ni tú ni nadie quiera ya creerlo
¿no son difíciles estas palabras
y difícil escucharlas
y aun más para qué?
ven pues y ven
llega y pasa ahora o nunca y siempre
frágilmente la cuenca aérea de los mares donde te bañes
y te reconozca
y todos los tiempos que nada valen
valgan por su suma lo que tu piel arrastre
en una eternidad sin memoria ni palabras
de aguas transparentes
donde yo también me pierda inocente y manso
como la ignorancia
porque yo... ya más no sé