el tiempo es mañana o también anteayer
y ya hoy nunca fue ni será
hoy
solo estoy de paso
hoy
puedo perderme sin propósito
hoy
echo al olvido la memoria
hoy
con las manos vacías no quiero
el tiempo vendrá de lejos y me ignorará
pero yo nunca habré existido
viernes, 26 de marzo de 2010
viernes, 19 de marzo de 2010
Observación y escolio
en otra carne varar y varar como si neverland
y nunca quemar las naves porque para qué
(escolio)
y nunca quemar las naves porque para qué
(escolio)
de qué país de la infancia se venir a ordenarte inmundación sin tregua con el desorden del viejo desconcierto del amor armado para la guerra si a la guerra los niños solo saben jugar con parodia de mimo pero sin rabia
y aun si la ceniza de sus pecios profetizase algo más que silencio, y silencio tras silencio, el ciego instinto de no reblar cuando lo más se ha perdido pero queda tiempo y el olvido que nos tienta a ser lo que no
y aun si la ceniza de sus pecios profetizase algo más que silencio, y silencio tras silencio, el ciego instinto de no reblar cuando lo más se ha perdido pero queda tiempo y el olvido que nos tienta a ser lo que no
miércoles, 10 de marzo de 2010
la verdad
te he reconocido
como inevitable era reconocerte
como prehistórico el andamiaje que se levanta contra las faces del devenir
la devoción de la espera
o también -cómo no- su indiferencia hacia sí
te he reconocido
mi mucho más que nunca
mi reencuentro con el desasosiego de a cada instante
que ronda y ronda del otro lado de los barrotes esta jaula incapaz
y yo no sé qué olvido o qué ignorancia
qué rastrero arraigo a entretinieblas
me puede incluso entremáscaras incluso más entre piel y piel
pero el caso es que por no hablarte me he cambiado de acera
y aunque ahora lamente esta cobardía
ya ni siquiera -la verdad- he atinado a mirarte otra vez
como inevitable era reconocerte
como prehistórico el andamiaje que se levanta contra las faces del devenir
la devoción de la espera
o también -cómo no- su indiferencia hacia sí
te he reconocido
mi mucho más que nunca
mi reencuentro con el desasosiego de a cada instante
que ronda y ronda del otro lado de los barrotes esta jaula incapaz
y yo no sé qué olvido o qué ignorancia
qué rastrero arraigo a entretinieblas
me puede incluso entremáscaras incluso más entre piel y piel
pero el caso es que por no hablarte me he cambiado de acera
y aunque ahora lamente esta cobardía
ya ni siquiera -la verdad- he atinado a mirarte otra vez
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