martes, 10 de enero de 2012

leve


leve... o más que anodino
retorcidamente enclenque,
mi deseo por la vida que ya vivo
mi honda... maratoniana ignorancia de las cosas
mi pasión santa por un instante cualquiera en que sí o no existir

todo como yo no puedo ni quiero querer ni poder

todo astutamente dispuesto
por un enemigo que me cuesta bien poco imaginar y que no
tiene nombre... nunca tiene nombre

nada

hasta que ya es demasiado tarde

círculos


qué haría si tuviera las manos aún más náfraugas de noche
que la oscuridad que las empaña
que no es noche sino sueño sino alba
y el puro mediodía en el que nada existe antes que nada
como un hueco insomne que se hubiera olvidado de morir

qué haría...

si nunca le enseñaste a rezar y anda solo, y muy libre, pero solo
por esos cotos donde le pueden matar...
y no sabe ni morir... ni a mediodía... un niño sin pan
un silencio que no te llama