viernes, 25 de mayo de 2012

24. 24-05-12


En la paradoja de Aquiles y la tortuga todas las distancias son
La misma distancia.
Así la vida vivida no es imposible… pero cuesta.
Uno no sabe nunca si detenerse o continuar;
Todo está siempre demasiado claro,
Y entre lo uno o lo otro no hay diferencia ni realidad, sino sueño,
Angostura.
Fijaos que ni para tropezar queda hueco,
Y cada cual se aprieta contra muchos otros hombro con hombro,
Mejilla con mejilla, ombligo con ombligo,
Tratando al mismo tiempo todos de avanzar
A ninguna parte,
Quién sediento de escapar y quién sumiso,
Estrangulados en un abrazo definitivo y fraternal.
Es el infierno en su manifestación más puramente matemática,
Es un escenario en el que los actores ya no recuerdan
Que a su debido tiempo
Deberían desaparecer entre bambalinas,
Y ahí en escena siguen  esperando no se sabe qué.
La paradoja de Aquiles y la tortuga es la obra de un insensato,
Pero a veces,
Mientras subes unas escaleras
O guardas cola en el supermercado,
A mala fe imaginas que el mundo es una inmensa tortuga
A la que no quieres alcanzar.
Solo entonces hasta lo imposible te queda claro y puedes respirar;
Ni a tientas encontrarás ya un instante último.

No hay comentarios: