lunes, 21 de mayo de 2012

20. 20-05-12


A veces no quiero ni respirar el mismo aire
Que un minuto un segundo antes
Yo mismo y para mí he respirado.
Es la frustración incómoda de existir,
Como una barba de dos, de tres, de muchos días
Al cabo de los que sin duda, y solo por ella, acabaría suicidándome.
Es más:
Si algún día caigo en cama enfermo e impedido,
Emplear mis pocas fuerzas para hacerlo
Será mi único objetivo,
No por la enfermedad en sí,
No por un último rasgo de orgullo o de hombría,
Yo que soy de natural cobarde y apocado,
Sino porque el picor y la seborrea de esta barba que
A diario mantengo a raya,
Asediarán una vez desatados, y esto bien lo sé, con lentitud y meticulosidad infinita
Mis nervios hasta extenuarlos y derrotarlos,
Cada uno de mis sentidos absorto en la máscara de mi cara, desquiciados.
Morir así será más absurdo y por supuesto
Mucho muchísimo más ridículo
Que expirar vencido por tal o cual dolencia de catálogo médico,
Pero de lo que tampoco hay que dudar es
De que será una muerte mucho muchísimo rotundamente más necesaria.
Sin embargo, y en definitiva,
Ahogado de metafísica y existencialismo
No es probable que nadie me encuentre nunca,
Y esto a pesar de las comparaciones
Y de su aparente poesía,
Pero lo que es de sobrepoblación capilar, de una manía…
De eso…  Ahí queda…

No hay comentarios: