no quiero escribir pero escribo
soñar que la vida sale casi de baldes
y el instinto de respirar tan mínimo
como jugar con palabras
que amontonaremos en cualquier rincón
cuando ya no nos diviertan
pero si alguien en cualquier rincón
tropieza un día con ellas
como quien tropieza con su pie izquierdo
para él la angustia de la caída
la ira el chiste y la duda
todo para él sea si le divierte
y que de mí nada quede
sino este momento en que escribo
y no quisiera
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