sábado, 26 de abril de 2008

Nostoi

la húmeda
y caprichosa sombra
altanera
que en el final del mundo
despierta
y se despereza
la íntima niña juguetona
de pupilas como navajas
que me mira
y tienta
a hacerme paradoja
o temblor de mañana
la muy loca
te diría
la mi lolita bastarda
que entre vagidos
me dejaste
tan sediento de Ítaca
y de regreso
en la hora última
porque siempre se regresa
al hogar o su fantasma
otros nombres
me susurras
y otras patrias
ya viajero sin tregua!
arrástrame contigo
precipítame en tu ceguera
nada está concluso
mi niña
el tiempo enredándose
en su madeja
pero elijo no saberlo
solicítame
solicítame
en tus cantos de sirena

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace algún tiempo
Fabián Casas

Hace algún tiempo
fuimos todas las películas de amor mundiales
todos los árboles del infierno.
Viajábamos en trenes que unían nuestros cuerpos
a la velocidad del deseo.

Como siempre, la lluvia caía en todas partes.

Hoy nos encontramos en la calle.
Ella estaba con su marido y su hijo;
éramos el gran anacronismo del amor,
la parte pendiente de un montaje absurdo.
Parece una ley: todo lo que se pudre forma una familia.