Retorno a la infancia perdida
en salas de hospital deshabitadas,
espacios que la luz abandonara
al vértigo de pasillos y esquinas;
y a la casa retorno de mis días
ladrones de noches sin palabras,
por quimeras y fantasmas poblada
que en delirios ahogaban la vida.
A todo esto he vuelto de nuevo,
prófugo de su memoria y tiranía,
como se vuelve a un hábito viejo,
hábito que del pasado hace herida
abierta a la ausencia y al duelo,
y que a ti, sin yo quererlo, castiga.