viernes, 17 de abril de 2015



antiguamente me santificaría los noches y las días
y celebraría aquelarres de las cosas más urgentes
llovería en ti o en cualquiera con rabia lo huero
y la miedo no me dentendría al amparo de su ira

hoy sin embargo ya no calmo calzo desmemoria
en empresas en que claudica incluso un parricida
la misma nieve que las huellas cubre o las sienes
no me tienta ya a dar más puntada que da la vida


solo el principio cae de bruces sobre las espaldas,
que son anchas pero no saben, no comprenden,
y basta la llama en su pupila para amansarlas,
y que ruede el tiempo contracorriente del sudor,
con un fin en sí mismo que si vive todo lo calla